Capítulo 60
Capítulo 60
La señora se puso pálida de rabia por sus palabras, estaba claro que estaba muy enfadada, pero no volvió a decir nada.
Vania miró a Elia y la pobreza en la que se encontraba su familia, pero aun asi mantenían su orgullo, ¿cómo podría conformarse con la derrota?
Aparcó su coche a propósito en la entrada del pueblo, solo para mostrar su superioridad, para menospreciarla.
Con una cara llena de maquillaje, alzó la cabeza con arrogancia y dijo despreocupadamente: “Rosalinda, veo que ya eres bastante mayor, tus ropas son muy viejas, no llevas ninguna joya, Elia te ha causado muchos problemas? Mañana ven conmigo a la ciudad, te compraré un collar de diamantes…”
Las palabras de Vania parecían un gesto de respeto a los mayores, pero en realidad estaba menospreciando a Elia y burlándose de Rosalinda.
El rostro de Rosalinda mostró incómodo de inmediato.
Sus ropas eran realmente viejas, no llevaba ninguna joya, ni siquiera unos pendientes. © NôvelDrama.Org - All rights reserved.
En ese momento, llegaron los cuatro niños.
“Mamá, abuela!”
Los niños se acercaron y tomaron las manos de Rosalinda y Elia.
inės levantó su adorable carita y le dijo a Vania en voz baja: “De verdad vas a comprarle joyas a mi abuela? Mañana no tiene tiempo, mejor dale la pulsera que llevas puesta.”
Vania echó un vistazo a la pulsera de diamantes que relucia en su muñeca y la cubrió inconscientemente con la otra mano.
Un destello de incomodidad cruzó su rostro y dijo: “Ya he usado esta pulsera, no seria adecuado para Rosalinda.”
Los hermosos ojos de Iria parpadearon y dijo suavemente: “A mi abuela no le importaria.”
“Si, a mi abuela le encantan los diamantes, y justamente quieres regalarle uno, asi que dáselo directamente.” Joel miraba a Vania con su carita linda, sus ojos inocentes y transparentes
Vania, que acababa de presumir de su riqueza, insinuando que Elia no podia permitirse las joyas, habia dicho a propósito que llevaría a Rosalinda a la ciudad a comprar.
Solo queria hacerlas sentir incómodas, no tenia intención de llevarla a comprar de verdad.
Ahora, esos tres niños la estaban interrogando uno tras otro, pidiéndole que le diera su pulsera de diamantes a Rosalinda.
Esa pulsera le habia costado una gran suma de dinero, ¿cómo podria estar dispuesta a dársela a Rosalinda?
Se rio incomodamente y dijo: “Esta ya es vieja, le comprare una nueva mañana”
“Los diamantes no tienen fecha de vencimiento, ¿estás diciendo eso porque no quieres regalarle uno a mi abuela?” Inés tenía un gran entendimiento de las joyas.
Sabía muy bien que los diamantes no envejecian.
Llevaba una gorra de béisbol y hablaba en voz baja, sus hermosos ojos grandes como gemas miraban a Vania.
De alguna manera, logró hacer que la mujer se sintiera presionada.
Era digna de ser hija de Asier, tan pequeña y con tal presencia.
Vania no encontraba palabras para refutarla, miraba nerviosamente a su alrededor, buscando una excusa para marcharse La mujer que antes la elogiaba y menospreciaba a Elia, vio a los cuatro niños, cada uno de ellos elocuente y hermosos.
Eran tan exquisitos como obras de arte, incluso mas hermosos que las estrellas.
Lo más importante es que eran muy inteligentes, dejándolos a todos sorprendidos.
No era de extrañar que Elia estuviera tan orgullosa, cualquier persona lo estaria al tener hijos tan hermosos y capaces.
“Sé que eres muy rica, pero mi mamá es muy amable, todos la amamos. Abel vio que Vania estaba buscando una excusa para irse y su voz infantil resumió la situación.